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¿Cómo afrontar de manera adecuada una discusión?

Actualizado: 2 sept 2020



“Es que si le hablo de nuevo, vamos a pelear”, “no toquemos ese tema, para qué seguir peleando”. ¿Cuántas veces hemos dicho alguna de estas frases? Las discusiones o discrepancias no son para nada agradables, pero es algo por lo que tod@s hemos pasado. Cuando una persona se ve enfrentada a una discusión le surgen un sinfín de cosas por la cabeza, por lo que se hace un tanto difícil el poder pensar con la cabeza fría.

Una discusión puede ser causada por diversas temáticas e incluso puede tener diferentes niveles. Y se ve influenciada por diversos factores como el contexto, el estado de ánimo de ese día, la temática central de la discusión, la relación que se tiene con el otro, entre otros factores.

En realidad cuando estamos discutiendo, lo que estamos haciendo es tratando de exponer nuestro punto de vista, mas, y debido a nuestras emociones y al momento, en lo que menos solemos enfocarnos en ese instante es en el trasfondo de la misma. La palabra discusión no implica algo negativo, sin embargo, somos nosotr@s los que le damos esa connotación. Nos imaginamos que implica una pelea inminente, con riesgo de agresión verbal e incluso física. Pero una discusión bien manejada, no tiene porqué implicar eso; sino que una instancia en donde se puedan intercambiar puntos de vista. Es por esto que es sumamente importante que frente a este tipo de situaciones procuremos mantener la calma. Si existen diferencias de opiniones o bien ciertos malentendidos, es necesario generar la instancia de conversar e intentar comprender el punto de vista de la otra persona. Sobre todo, teniendo en cuenta que un gran porcentaje de las discusiones son iniciadas por malentendidos, o por falta de comunicación. Los clásicos “pensé que…”, “di por hecho que tú…”, “era obvio que...:” entre otras frases son un ejemplo de lo anterior.

Cada persona suele defender su punto de vista con mucho ahínco, puesto que piensa que es lo correcto y “la verdad”. Desde la propia perspectiva, visión y experiencia, puede que tenga sentido, no obstante, es primordial comprender que la otra persona también tiene su propio punto de vista y por tanto, su propia perspectiva. Ambas visiones pueden ser válidas y por consiguiente, deben ser escuchadas. No es posible deshacernos de nuestras emociones en aquellos momentos, pero sí es posible generar las herramientas para poder enfrentar este tipo de situaciones de la mejor forma posible.

Entonces, ¿qué podemos hacer para enfrentar una discusión de la mejor manera posible?

  1. Lo primero es lo primero: intentar calmarse. Cuando sentimos que la rabia, la frustración y/o la tristeza nos invade, es fundamental intentar realizar ejercicios que nos ayuden a bajar esta emocionalidad, como por ejemplo utilizar las técnicas de respiración.

  2. Validar. No solo es importante validar nuestro propio punto de vista, sino que también que la otra persona tiene cosas que decir y/o explicar. Además de validar las emociones que estoy sintiendo en ese momento y lo que me está provocando aquella discusión.

  3. Entrega tu punto de vista y procura no estar enfocado en la critica y en el otro. Uno de los grandes errores que cometemos a la hora de discutir, es dirigirlo todo hacia una critica hacia la otra persona. “Nunca me escuchas, siempre termino escuchando tus gritos”. Si bien, es importante manifestar lo que nos puede haber causado molestia, es necesario intentar realizar este comentario desde mi propia vivencia, desde lo que yo estoy sintiendo. De esta forma, la otra persona no se sentirá tan atacada y, en consecuencia, no estará tan a la defensiva o cerrada a la conversación. Es muy distinto decir, “Nunca me escuchas, siempre termino escuchando tus gritos” a decir “Realmente me molesta no tener espacio para contarte lo que pasó. Me hace sentir mal que no te des el tiempo para escucharme”.

  4. Escucha al otro. Ya tuviste la oportunidad de hablar, ahora es turno de la otra persona. Procura no interrumpir, ya tendrás el tiempo para poder hacer tus descargos.

Cabe mencionar que es fundamental darse los tiempos. No es necesario que, frente a un altercado, tener que solucionarlo en seguida. Hay personas que prefieren darse un par de horas para poder calmarse y esperar el momento adecuado, eso dependerá de ti. Respeta tus tiempos.

Tener una discusión no suele ser algo que deseemos hacer, pero son necesarias frente a discrepancias que en su mayoría se solucionan con una buena comunicación. No tiene porqué llegar a una pelea. Validémonos y busquemos una conversación oportuna.

¿Te ha pasado algo similar? ¿Qué opinas sobre esta temática? Cuéntanos y comparte tu experiencia con nosotras.


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